Madrid, Plaza de Castilla. Septiembre del 2006. En un escenario y ante más de cien mil personas, el seleccionador de baloncesto Pepu Hernandez cogía el micrófono y lleno de orgullo gritaba a la multitud: BA-LON-CES-TO. Fue su manera de reivindicar su pasión, su deporte, un golpe en la mesa ya que la primera medalla de la selección española en la historia de los mundiales había sido un oro. En un país en el que cualquier deporte que no sea el fútbol no merece ni 30 segundos en las noticias.

Mucho ha llovido desde entonces y realmente poco ha cambiado en cuanto al tratamiento de la mayoría de deportes en los que no se patea un balón sobre el césped. Volviendo a nuestro ámbito, los videojuegos hace tiempo que viven en el debate sobre si deben o no ser considerados un arte.  Si me preguntan a mí, me parece increíble que a estas alturas aún no hayan sido declarados como el octavo arte.

Hoy vamos a hablar de No More Heroes 3 (NMH3 a partir de ahora), si no conocéis esta saga, permitidme que os haga un pequeño resumen. NMH es un videojuego creado por Suda51 hace más de una década. Nacido en Wii, su primera entrega gozó de cierta fama destacando por un “gamberrismo” propio de la época. Es un juego sobre un Otaku que se gasta todos sus ahorros en una katana laser y con ella compite por convertirse en el asesino número uno de Santa Destroy. En lo jugable, la katana se cargaba agitando el Wiimote como si te estuvieras dando un masaje con final feliz y se acompañaba de combates violentos, un mundo abierto que parodiaba a GTA y una serie de mini juegos a cada cual más loco.

Para rematar, guardábamos la partida haciendo que Travis fuera a sacar la leña al patio. Un auténtico cóctel que lo encumbró como uno de los juegos más recordados de la consola. Repitió en Wii con una secuela y después durmió en un cajón hasta ahora. En la presentación de Switch, Goichi Suda subió al escenario para anunciar la vuelta de Travis, aunque poco después supimos que se trataba del spin of “Travis strikes back”. NMH3 se reveló en el E319 y en los Game Awards nos mostraron en un precioso tráiler la historia del mismo.

El alienígena Josep Batiste IV (Fu para los amigos) llega a la tierra acompañado de nueve poderosos extraterrestres con el objetivo de destruirla.  Deciden darle una oportunidad a la humanidad y proponen un juego, una clasificación de superhéroes intergalácticos. Si alguien consigue derrotarles, el planeta estará a salvo. En este punto interviene la Asociación de Asesinos Unidos (AAU), los responsables de organizar en los anteriores juegos los duelos entre asesinos. Se encargan de vigilar y oficializar los combates. Travis Touchdown, el héroe de la saga, se postula como candidato para derrotar a los alienígenas y ya de paso convertirse en el mejor super héroe intergaláctico (lo de salvar la humanidad es menos relevante).

El juego está dividido por capítulos, cada uno corresponde a un puesto en el ranking. Presentan una cabecera y unos títulos de crédito como si de un anime se tratara. Para enfrentarnos a cada jefe de nivel debemos cumplir dos requisitos: pagar una cuota y superar varios combates designados, que a su vez nos sirven para lograr el dinero que necesitamos. En el mapa encontraremos también algunas misiones secundarias, como puede ser recoger basura mientras intentas que unos cocodrilos mutantes no te maten, cortar el césped de los vecinos, subirte a un tanque para proteger la costa de cocodrilos a misilazo limpio, desatascar baños públicos o picar piedra en una mina.

Una vez consigamos el dinero, tendremos acceso al combate contra el jefe y de salir victoriosos, subiremos un puesto en el ranking. Para acceder a estos combates y misiones, nos desplazaremos libremente por unos mapeados más vacíos que Murcia un quince de agosto a medio día.

Gráficamente presenta dos caras, el mundo abierto y los combates. En cuanto al mundo abierto, no hay prácticamente evolución desde su versión de Wii; escenarios vacíos, NPCs que aparecen y desaparecen, tráfico que desvanece si impactan con él…esto podría considerarse un auténtico despropósito e incluso algo inaceptable para algunos usuarios. A parte, en algunos momentos podemos sufrir ralentizaciones y hasta un par de bugs nos han obligado a reiniciar el juego. Independientemente de cuál sea la opinión del jugador, el aspecto del open world es algo voluntario y buscado por el creador.

En cuanto a los combates, el juego es otra cosa. Aunque ubicados en escenarios vacíos, el juego rinde y luce espectacular, con unos personajes muy bien definidos y con una fluidez exquisita, permitiendo unos combates trepidantes y ajustados. Si de algo puede presumir el juego es de su apartado artístico y de su fluidez en el combate, uniendo con maestría los combos de Travis con la katana, los movimientos de lucha libre y el Death Glove, otro de los añadidos interesantes de esta entrega. Cada vez que terminamos un combate nos aparece la puntuación en función de los combos utilizados y el daño recibido.

El Death Glove es un guante que lleva el héroe en su mano izquierda y que puede utilizar en el combate, permitiéndole realizar cuatro acciones: propinar una poderosa patada voladora a sus rivales, lanzarlos por los aires, ralentizar el tiempo o provocar una lluvia de golpes. Estos cuatro power ups se pueden ir mejorando en el laboratorio, logrando aumentar el daño que producen o su duración. Es un gran añadido que permite una mayor variedad en los combates, pudiendo utilizarlo en momentos claves para decantar el combate a nuestro favor.

Si jugamos a completar la historia, la aventura se puede terminar en unas 10 horas que se pueden prolongar con facilidad a nada que le cojamos el gusto a cortar el césped de los vecinos. Es un juego que invita a rejugarlo gracias al sistema de puntuaciones de los combates y a su modo new game plus que permite mantener las mejoras desbloqueadas.

Es un juego mágico y único. Hace gala de una enorme personalidad y de un sentido del humor único en cada cinemática y en cada escena. Nunca sabes que te vas a encontrar cuando empiezas un combate contra un jefe final, os puedo decir que hay combates de “mechas” contra enemigos gigantescos en el espacio, te puedes encontrar en los pasillos de un tétrico instituto con una cámara en primera persona, verte de repente combatiendo por turnos o en un juego de lucha. Antes de cada capítulo tenemos escenas de Travis hablando con Bishop de cine, de series, de Gundam, del director de cine Takashi Miike al que Suda tiene admiración, de cualquier cosa y a la vez de nada.

https://youtu.be/IllkNYszr0M

Vemos a Travis hablando, pero realmente es la voz de Suda, diciendo lo que le gusta, transmitiendo lo que piensa. Por eso, en este punto es difícil recomendar la compra de NMH3. Si eres fan de la saga, seguramente te decidiste desde el minuto uno, si eres de los que se ve las comparativas de Elanalistadebits antes de decidirte, definitivamente este no es tu juego. Si nunca has probado la saga, no hay problema en empezar por este directamente, siempre que tengas claro lo que es. Para mí, NMH3 es una nueva demostración de lo único que es este medio, de lo mágico que puede llegar a ser un producto sin pudor y sin vergüenza con las ideas bien claras.

NMH3 es una obra de arte con todas las letras, de principio a fin. Un juego de autor en mayúsculas, con los fans siempre en mente. Termino el combate final y dejo el mando sobre la mesa. Mientras los créditos se desplazan en la pantalla, no puedo evitar acordarme de la escena de Pepu en el escenario, pero en su lugar me imagino a Goichi Suda, con NMH3 en alto mientras grita lleno de orgullo: VI-DEO-JUE-GOS.

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